Luego de 2 trimestres consecutivos de mejoría, el sentimiento de los consumidores experimentó un deterioro en el segundo cuarto de este año, con incrementos significativos en la sensación de estrés, que alcanzó al 51% de las personas (14 puntos más que en la primera parte del año), y de la incertidumbre, que con 7 puntos más alcanzó al 42%

El indicador de felicidad, en tanto, disminuyó a un 53%, luego de haber superado el 60% en el primer trimestre.

Los datos se desprenden de la encuesta que mensualmente realiza la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) a una muestra de 600 consumidores.

Otras variables que incluye el infome corresponden a la sensación de impotencia, que aumentó 10 puntos a un 31%, temor, que llegó a un 32% (+5), tristeza, que alcanzó al 28% (+9).

La sensación de esperanza, en tanto, se mantuvo estable (+1), llegando al 60% de los consultados. Este indicador, junto a la felicidad, se mantuvieron por encima de los principales sentimientos negativos, pese al retroceso general en el sentimiento de los consumidores registrado en el trimestre.

Los sentimientos en general habían sufrido un fuerte deterioro en el tercer trimestre del año pasado, coincidiendo con un período complejo en materia política y con el período más intenso en el frente inflacionario. Luego, junto con la disminución de la incertidumbre post plebiscito (septiembre) y el término de las restricciones sanitarias, se produjo la mejoría registrada en la última parte de 2022 y la primera de 2023, tendencia reforzada por la llegada del verano y una normalización de los hábitos estivales.

El deterioro del segundo trimestre de este año se da en un contexto desafiante en materia laboral, con caídas en los indicadores de actividad, menor liquidez de los hogares y aumento en las tasas de endeudamiento.

A nivel de género, preocupa el debilitamiento del sentimiento entre mujeres comparado con el de hombres: en todos los indicadores negativos el segmento femenino lleva la delantera, en algunos con gran distancia respecto de los hombres, mientras que en todos los positivos lidera el segmento masculino.

En este contexto, un alarmante 62% de las mujeres se declara bajo estrés en el trimestre, una condición que apenas llega 39% de los hombres. El 39% de las mujeres, en tanto, siente temor, muy por sobre el 24% de hombres. Así también las mujeres sientes mayor incertidumbre (44%), impotencia (32%), rabia (26%) y tristeza (30%).

En sentimientos positivos, las diferencias son evidentes tanto en materia de felicidad (62% de los hombres vs 47% en las mujeres), esperanza (65 vs 55), y optimismo (64 vs 53).

Esta profundización en la brecha de género del sentimiento es una alerta que reviste mayor gravedad en un contexto en que se han desplegado numerosas iniciativas en diversos planos para fortalecer la situación de la mujer.

Lo ocurrido durante la pandemia, en que el segmento femenino enfrentó mayores vulnerabilidades en el ámbito laboral, entro otros, es un llamado de atención en términos del diseño e implementación de políticas efectivas en materia de género.

Para los próximos trimestres se espera que una lenta mejoría en las condiciones financieras y económicas en general, incluida la normalización inflacionaria, permitan dar soporte al sentimiento de los consumidores, siempre sujeto además a las percepciones respecto de la seguridad ciudadana y la evolución del proceso constituyente, entre otros.

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